Chernobyl
- Yoel Solà
- 5 jun 2019
- 1 Min. de lectura
Soy el fuego y soy la vida.
Soy la chispa y soy la muerte.
Soy el verde de la primera brizna.
El azul inconmensurable y
la oscuridad de lo más hondo.
Todo lo que transporta el viento
y corre en el agua.
El principio de todo
lo que una vez fue.
Lo que tocas, y sientes
De cada criatura
hasta la última partícula.
Todo este es mi reino.
Soy el combustible de los dioses.
La luz que hace brotar
la civilización y el torrente
que no deja nada a su paso.
Yo soy caos.
La fría guadaña.
El deseado y el temido.
El maná que te abrasa la piel
sin ni siquiera tocarte.
Génesis y apocalipsis.
Mías son las ascuas
que te devoran las entrañas.
El heraldo del progreso
y el preludio de la muerte.
Soy el tambor que sacude la tierra.
Invisible e implacable.
Deseado y temido.
Quien te impulsa
a los cielos,
quien llena de ponzoña
las aguas.
Soy la ambrosía y
el peligro.
Soy el ajenjo,
las negras alas del fin.
Añorado y perseguido.
Eterno como el mundo
y más que él.
Soy el fuego y soy la vida.
Soy la chispa y soy la muerte.
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