Existe un problema de conceptos. No es maltrato animal. Animales son los que hacen esto. Es maltrato a los más débiles, a los más indefensos, a los más inocentes. Cuando uno ve esto y se pone a pensar la cantidad de personas que se merecen que las revienten a patadas lo mínimo que puede sentir es un sentimiento de gran injusticia. Lo menos y lo más sano. Porque el malestar y el mal cuerpo que deja esta noticia es de un desasosiego importante. Me pregunto que les pasará a los dos mierdas que hicieron esto. Si muchas de las denuncias por maltrato animal contra perros caen en saco roto qué pasará con estos patos que no tenían ni dueño ni familia ni nadie que velara por ellos. Solo se tenían a ellos mismos, y por supuesto esto no fue suficiente. De existir una justicia verdadera se debería de tener en cuenta el grado de indefención de los animales y ser la condena proporcional a ello.
Estos sucesos te hacen pensar que la única justicia es el "ojo por ojo". Borrachos, drogados, o en el estado que estuvieran estos dos individuos, sabrían que no les caería más que una multa y quizás algún servicio a la comunidad. Y a lo mejor ni eso. A lo mejor hasta les sale gratis. Habrá quien se pueda tomar esto como una gracieta de muy mal gusto, pero ¿y si en vez de con una familia de patos se hubiesen topado con una chica sola que volvía a a casa? ¿Qué hubiese pasado? ¿Creéis que hubiesen pasado de largo sin más? No creo que haya nadie tan inocente como para pensar eso.
No importa que la víctima sea un animal o una persona, importa la indefención de la víctima, importa que una chica tiene que saber que puede volver a casa por la noche y no sentirse en peligro constante; importa que una mujer, o un hombre, o un niño solo contra estos dos personajes puede llegar a ser igual de vulnerable que la familia de patos a la que masacraron. Para mí no importa que la víctima sea un perro, una mujer, un hombre, o unas ranas en un estanque. Para mí lo importante son las víctimas en sí y las circunstancias que las rodean, a ellas y a los agresores.
Si de algo nos tiene que servir todo esto es para poner de manifiesto la cantidad de energúmenos que andan sueltos por la calle. Cualquiera que alguna vez se haya interesado mínimamente por el oscuro pero fascinante mundo de la Criminología, sabrá que muchos, por no decir la mayoría de los asesinos en serie, empezaron "probando con animales", experimentando que se sentía al infligir daño a otro; a una víctima que no pudiera defenderse, ni pedir ayuda, alguien que no iba a recibir jamás auxilio, una presa fácil, la víctima perfecta.
Pensemos en esto cada vez que ocurran estas cosas. Si se lo hicieron a unos animales tened por seguro que de haberse dado las circunstancias, se lo hubiesen hecho igual a otra persona. O tal vez esa noche no. Tal vez otro día, más adelante. Tal vez solo haya que darle tiempo al tiempo. Que malnacidos como estos no reciban un justo castigo es una responsabilidad de todos como sociedad. No hace falta esperar a que las víctimas sean humanas. Los animales son el eslabón más débil de la cadena y merecen ser protegidos.
