Sí, en Canarias es más fácil.
Lo digo con conocimiento de causa. Lo digo con pena y lo digo con vergüenza. Lo digo como víctima de un sistema educativo más que deficiente. Si España está a la cola de Europa, Canarias esta a la cola del primer mundo en materia de educación. Basta de agitar banderas (con estrillitas verdes o sin ellas), basta de autocomplacencia. "Apoya lo nuestro" también tiene que ser un eslogan para cambiar las cosas en las aulas, no solo para comprar plátanos. Canarias tiene que cambiar una forma de enseñar de verbena.
No descrubres que existe algo llamado Física y Química hasta que llegas a tercero de la ESO, si es que llegas. Y si eres uno de los tuertos en el país de ciegos, aterrizas en Segundo de Bachillerato sin haber estudiado un párrafo de Filosofía, y apenas dos líneas de Historia de España. Caso curioso es el de la asignatura de Inglés. Una comunidad que vive, hipoteca su futuro, su naturaleza y sus recursos naturales, por y para el turismo, presenta un paupérrimo nivel de inglés en la primaria y la secundaria. Parece que te enseñan lo justo para no pasar de ayudante de cocina. Y esto solo por citar unos ejemplos.
Al problema de las asignaturas que brillan por su ausencia y/o deficiencia, hay que sumarle la ristra de profesores sin ganas, sin vocación, sin talento para enseñar, y para colmo, mal pagados. También los hay y los he tenido buenos, y muy buenos. Pero estos son una minoría que luchan por querer transmitirte algo que merece la pena, mientras otros te regalan dos puntos en el tercer trimestre por "buen comportamiento".
Si hoy en día soy un semianalfabeto y no un animal de corral que espanta moscas con el rabo, es porque me he preocupado por leer algo, por estudiar algo, y sobre todo, por curiosear bastante fuera del circuito de la educación pública. Es extremadamente triste, pero el que no quiera desmotivarse, aburrirse, y aborregarse hasta ver muertas todas sus ganas de aprender, tiene que buscar vías alternativas a la educación pública reglada, porque consiguiendo notables estudiando el día antes del examen nunca va a ver más allá de las cuatro cosas que le quieran enseñar.
Sí, la Selectividad, la PAU, la EBAU, o como quieran llamarla los políticos de turno, es más fácil en Canarias. Llegamos a la universidad siendo unos machangos. Y el que sea canario, de cuna o de adopción sabe lo que esa palabra significa.
En la tierra de Galdós, de Blas Cabrera, y de César Manrique hay talento, y mucho. Miles de alumnos que sirven para mucho más que para remojar jardines de picón, limpiar habitaciones, y recoger vasitos de plástico del bar-piscina. Hay estudiantes de muchísima calidad. Otra cosa es que a los que hacen las leyes, y los que ponen la pasta, les interese educarnos para otra cosa.
