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Historia de una mentira.

  • Foto del escritor: Yoel Solà
    Yoel Solà
  • 26 mar 2019
  • 2 Min. de lectura

Existe algo llamado perspectiva histórica. Después existe el populismo, la hipocresía de lo políticamente correcto, y lo peor de todo, la ignorancia.


No sé cual es la que padece López Obrador pero es una suprema estupidez pedir a España que se disculpe por la conquista de México. Antes de eso, tendrían que disculparse los mexicanos con ellos mismos, por la misma conquista española, y porque los pueblos que habitaban el territorio azteca eran tanto o más belicosos que los españoles.


La historia de la violencia, la guerra, y la conquista es tan antigua como la propia humanidad, y por desgracia universal. Común a todos los pueblos de ayer y de hoy que habitaron este planeta. Si cada país tuviera que pedir perdón por cada atrocidad cometida contra una nación extranjera no habrían diplomáticos suficientes en todo el mundo para tan inabarcable tarea.


Tema aparte es aquello de la "leyenda negra de España", la fake new más vieja de la Historia, obra de nuestro querido amigo el pueblo británico. Una nación, que en los siglos XVI, y XVII, cuando a España no tenía quien le tosiera, era nuestro mayor enemigo. En aquel entonces, las islas eran un país de piratas y corsarios acomplejados que tenían como mayor negocio el saqueo de las naves españoles que regresaban de América. La envidia británica enquistada por tal escueta rapiña creó tiempo después la leyenda negra de los viles españoles saqueadores, asesinos, y violadores. Bastante menos saqueadores, asesinos y violadores que los hijos de la santa Gran Bretaña, que diezmaron a conciencia a todo pueblo indígena que encontraron en Norteamérica y en territorios australes como la propia Australia y Nueva Zelanda.


Latinoamérica es hoy en día Latinoamérica porque España se mezcló con ellos, y ellos con España. Los mismos Reyes Católicos autorizaron los matrimonios de los españoles con los indígenas y negros. No me suena que la grandísima Gran Bretaña hiciera lo mismo. No me suena que existan hoy en día muchos apaches y maoríes que además de la piel oscura tengan los ojos claros.


Basta ya de ignorancia, buenismo, y estupideces. A pesar de lo que se publicita en televisión a todas horas, este es un país de cultura, de ciencia, y de tender la mano. Nada más triste que las nuevas generaciones renegando de la grandeza histórica de su país, un país con sus episodios oscuros como cualquier otro, pero con más luz de la que muchos quisieran. Sinvergüenzas, ladrones, y gente despreciable hay en todas partes, y por supuesto, y por desgracia, este país tampoco se libra de ellos.


No demos oído a las vaguedades y propagandas del primer demagogo que encontremos. No tiene sentido pedir perdón por algo que no se ha hecho. Sería igual de estúpido pensar que Matteo Salvini va a pedirle perdón al pueblo español por la conquista romana. Aunque puestos a declaraciones públicas no estaría mal que antes de dar el portazo europeo, Theresa May diera las gracias a las huestes romanas que un día llevaron la ciencia, el alfabeto, y los baños, a un pueblo bastante más embrutecido e incivilizado que el que hoy le exige disculpas a España. 



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© Yoel Solà
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