En la época del culto al cuerpo, de la imagen, de lo superficial, tener curiosidad y ganas de aprender es poco menos que una excentricidad. Queremos generaciones sanas, y alabamos a los que se animan a practicar deporte desde jóvenes. Pero si lees, si te interesas por "frikadas" (ciencia, astronomía, Historia, arte, física, biología...) te mandan a que salgas a la calle. Al menos a mí me lo decían. Sacar buenas notas por sacar buenas notas, para que quede reflejado en un papel, y con suerte, con mucha suerte, sacarle un provecho económico. Estudiar como imperativo para más adelante ganar dinero. Simple y directo. Lo otro es perder el tiempo, o eso nos hacen sentir. El deporte sobrevalorado, y el conocimiento tirado en la cuneta. Si no tenemos curiosidad, si no sabemos Filosofía, si no tenemos conocimiento de la Historia, si de Matemáticas sabemos lo justo para aprobar un examen, cómo vamos luego a tener relaciones interpersonales sanas, cómo vamos a votar con verdadera conciencia de a quién votamos, cómo vamos a saber lo que firmamos cuando nos conceden un préstamo o una hipoteca. Si vas al gimnasio eres un triunfador, si te quedas en casa leyendo, porque pasas de gente superficial, eres un antisocial, un friki.
La culpa es de todos. La culpa es de nuestra propia naturaleza. Lo que nos entra por los ojos en lo que vale. Estamos programados para reaccionar a eso, desde cuando elegíamos los frutos que estaban maduros y los que no hace miles de años, hasta cuando buscas "pareja" en Tinder. No inventaos el Photoshop por casualidad. El físico, lo que podemos ver y tocar manda. Y si no es real al menos que lo parezca.
