top of page

Der Kaffe

-¡Ah! ¿Así que a París?- exclamó Herr Grass con entusiasmo.


-Sí, Greta siempre ha querido conocer París, y qué mejor momento que ahora- respondió Herr Stromberg acercándose la jarra de cerveza a los labios.


-¡Sí, habéis escogido el momento idóneo para visitarla!- dijo Herr Grass tomando con alegría el periódico que había sobre la mesa.


"Deutschland über alles! La Wertchmach marcha triunfante por los Campos Elíseos" titulaba el Völkischer Beobachter.


-Me muero de ganas de ver otro desfile como ese- comentó Herr Stromberg.


-¡Por el Führer!- exclamó su amigo -Va usted en un viaje de novios, amigo mío. Lleve a Greta a un cabaret.


-No; no, nosotros sólo asistimos a espectáculos genuinamente alemanes.


-¿Y qué tipo de música crees que pondrán ahora en todas las salas de fiestas de Francia?

Los dos hombres rieron a carcajadas la ocurrencia y sus risas se unieron al bullicio de la cafetería. Había por lo menos un periódico en cada mesa y todos leían complacidos las noticias que llegaban desde el otro lado del Rhin.


-¡Camarero! ¡Otra jarra de la mejor cerveza bávara para mi amigo!


-¡Ahora mismo, señor!


-A ésta te invito yo.- dijo Herr Grass guiñando un ojo.


-¡Qué generosidad por tu parte!


-¡Hoy es un día para celebrar! ¡Por Alemania!- gritó Herr Grass poniéndose de pie alzando su jarra.


-¡Por Alemania!- rugió la cafetería al completo.


-¡Por el Führer!- animó otra vez Herr Grass.


-¡Por el Führer!- repitió Herr Stromberg seguido por toda la cafetería.


-¡Y por mi amigo que se acaba de casar! ¡Que su matrimonio sea la mayor de sus victorias, y que la vida de casado no se le convierta en una batalla!


La broma puso la guinda al inmejorable ambiente que reinaba en la cafetería y todos rieron y agitaron sus jarras de cerveza antes de volver a sus conversaciones.


-Ya te la devolveré cuando te cases- le dijo Herr Stromberg a su amigo con una mirada pícara.


-Pues puede que no sea muy tarde - rió Herr Grass - Sólo que en mi luna de miel pienso irme a Moscú.


-No creo que a Heike le guste pasar su viaje de bodas rodeada de bolcheviques- apuntó Herr Stromberg.


-¡Para entonces ya no quedará ni un bolchevique, amigo mío!


-¿Sabes qué? Tienes razón, Sieg Heil entonces.


-Sieg Heil!- dijeron ambos alzando sus jarras.



1 visualización0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Esporas

bottom of page