Fue víctima de violencia de género cuando no existía ni el término.
Sufrió abusos de todo tipo por parte de la industria del cine cuando era impensable denunciar que un productor te acosaba.
Dio la cara por Ella Fitzgerald, cuando le prohibían actuar en clubes por ser negra.
Se casó y se divorció las veces que quiso, con quien quiso, y cuando quiso.
Se negó a ser una ama de casa sumisa. Luchó por sus sueños enfrentándose a los que le cortaban las alas.
Disfrutó de su cuerpo y de su sexualidad sin importar lo que marcase la moral de la época.
Revolucionó el rol de la mujer de una forma que solo con la perspectiva de ahora podemos comprender.
Fue feminista sin saberlo ni pretenderlo, fue probablemente la primera "influencer" de la época moderna.
Fue quien quiso ser y pagó el precio por ello.
Y a pesar de todo esto hoy en día todo el mundo la conoce por haberse acostado un par de veces con un presidente, y por haber protagonizado una escena en la que se le subía la falda.
Y todavía hay quién me pregunta porqué escribo un libro sobre Marilyn Monroe...
