Me pregunto que le hubieran dicho hoy en día... ¿Que está gorda? ¿Que tiene barriga?
Me imagino a alguna revista relamiéndose al colocarla en su portada con un montón de onomatopeyas infantiles y flechas apuntando a su abdomen. Nada nuevo para ella. Deseada y criticada a partes iguales por todos los que la conocieron. Empezando por su propia familia; su madre y su primer marido que se oponían a su carrera como modelo y actriz. Tuvo que luchar contra muchos, hacer frente a muchos. Tuvo que dejar a muchos atrás para ser quien quería ser. Pagó un alto precio para "ser maravillosa", pero esto no hizo que fuese feliz.
Sin personajes como ella hoy no existiría Instagram, o al menos no se utilizaría de la forma en que lo conocemos hoy. Si hubiese crecido en una familia estructurada, con el cariño de un padre y una madre sanos, Marilyn Monroe hubiera sido una mujer muy distinta a la que fue, igual de existosa, pero emocionalmente más sana.
En su afán por ser mejor, mejor actriz, mejor persona, Marilyn asistió a clases de literatura, leyó libros, escuchó buena música, y siempre que pudo se rodeó de grandes intelectuales. La naturaleza le había dado su cuerpo, una buena materia prima que había sabido explotar al máximo, y lo mismo se propuso hacer con su mente. Se preocupó por ser bonita por dentro y por fuera, por tener una buena conversación, por aportar comentarios inteligentes... Nunca fue una "rubia tonta", sino todo lo contrario. Creo que ese es un aspecto que estamos olvidando: cultivarnos también por dentro, hombres y mujeres. Ser menos egoístas, menos caprichosos, menos ansiosos, más altruistas, más pacientes... Pero cómo alcanzar todas esas metas cuando vivimos en una sociedad neurótica que fomenta justamente todo lo contrario.
Nada más verla los hombres pensaban en una cosa, patrón que se repite hoy en muchas relaciones, pero ella hizo todo lo posible por ser algo más que un cuerpo bonito con una cara bonita. Tomemos su ejemplo. Seamos menos vanidosos, menos superficiales, más profundos, más maduros.
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